En el trabajo de piezas de madera se generan polvos de madera que pueden formar mezclas explosivas polvo/aire en filtros o en silos.
Asimismo, los aserradores y las industrias de fabricación de papel y celulosa presentan riesgos.
Las virutas y el serrín tienen notables dimensiones de modo que permanecen suspendidos en el aire durante algunos segundos afectando a pequeñas zonas alrededor de las fuentes de emisión. El polvo de madera en finas partículas, que normalmente es retirado por aspiración, es mucho más peligroso. Sólo en casos especiales y por periodos limitados se puede tener una atmósfera explosiva cuando se atascan los conductos de aspiración, hay una avería en los sistemas de aspiración o fallan los mecanismos de accionamiento manual o automático). Las emisiones se pueden considerar de segundo grado y las áreas que se extienden a unos metros alrededor de las herramientas pueden clasificarse como Zonas 22. Son improbables las pérdidas de los sistemas de aspiración que operan bajo presión. Son Zonas 22 también los lugares donde pueden depositarse polvos en estratos y provocar, ocasionalmente, atmósferas explosivas, como son los alrededores al saco de recogida de serrín y los lugares donde se usan ocasionalmente herramientas eléctricas móviles o portátiles. Estos lugares deben ser limpiados regularmente, para eliminar las posibles acumulaciones de serrín que dispersándose en la atmósfera pueden hacerla explosiva.
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